23/7/07

El arte de hacer diabluras...

En este artículo me voy a "saltar" una de las normas fundamentales de todo buen mago: explicar cómo realizar un juego de magia. Pero antes de que me "echeis a los leones" por ello, leed con atención la siguiente explicación:

"El primer paso consiste en hacer pasar los cubiletes, el uno al traves del otro, y para esto tomarás con la mano izquierda un cubilete por el borde, como te lo enseña la cuarta mano y le pondrás otro dentro, y el que está en la izquierda caerà, y el que se puso dentro quedarà en dicha mano izquierda; pero como esto se hace muy de prisa, parece à quien lo está mirando que los cubiletes han pasado el uno al traves del otro..."

Se trata de un fragmento del libro "Juegos de manos, o sea el arte de hacer diabluras" de Pablo Minguet e Yrol. En dicho fragmento, copiado literalmente, comienza la explicación de uno de los juegos más antiguos de la magia: el juego de los cubiletes, o tal y como figura en el libro, "Juego de los cubiletes, los cuales consisten en once, ó doce pasos, ó diferencias"...

He querido traeros el recuerdo de este libro puesto que, a pesar de no ser un buen libro de magia, tuvo una gran importancia en su época ya que es el primer tratado de magia editado en castellano y, al menos, se publicaron hasta 6 ediciones (la última en 1.908) donde iban aumentando progresivamente el número de juegos que se explicaban. Además, este libro, cuyo título fue cambiando según el momento de su publicación, inspiró a otros tratados de su época...

La primera edición fue publicada en Madrid en el año 1.733 y de su autor, Pablo Minguet, poco se sabe. Aunque vivió en Madrid, nació en Cataluña o en Valencia. Era un grabador de madera pero también un gran aficionado a la magia y, sobretodo, un erudito entusiasta con muchas ganas de conocer. Escribió obras tan diversas como un tratado de baile y de cómo tocar los instrumentos; un libro sobre el juego del ajedrez y de las damas; libros relacionados con asuntos geográficos; y hasta diferentes obras sobre el funcionamientos de los relojes de arena, de sol y de agua...

El libro contiene más de 100 juegos, tanto de salón como de cartas, y otros entretenimientos para juegos de sociedad. El propio autor dibujó diversas ilustraciones para hacer entender mejor las explicaciones de los juegos. Hay que decir que dichas explicaciones eran muy vagas y las técnicas apenas se incluyen: la mayor parte de las veces hace referencia "hacerlo con disimulo"...

Me gusta como Minguet detalla los juegos esforzándose para que el lector le comprenda. También me pareció curioso el nombre tan largo que ponían en aquella época a cada capítulo (por ejemplo: "Juegos de naipes muy curiosos, los cuales son de mucho divertimento que cualquiera persona los puede aprender fácilmente, y se hacen con una baraja sola, y regular"). Pero sobre todo me encantó el tono divertido que utiliza durante todo el libro, junto con el lenguaje que empleaban en aquella época. Como ejemplo citaré una frase que utiliza en el momento cumbre de los juegos, cuando saca los "polvos mágicos" para que la ilusión se produzca y se dirige al público diciendo: "Señores, por la virtud de los polvos de mi señora doña Perlinpinpin, mando que las tres bolitas se hallen debajo del cubilete de enmedio..."

Afortunadamente, los libros de magia que se han venido publicando en nuestros días son de una calidad muy buena, merced al gran trabajo de los maestros y genios de la magia moderna. Sin embargo, hay que alabar al Sr. Minguet por su intento de extender la magia a la gente de su tiempo...

"Mirad con debida atención
Que va á empezar la funcion.
Mas si quieren tocar en los estremos
Aquel que mira mas, aquel vé menos"

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego aprender magia con libros como este debía ser todo un reto. Pero me gusta la muletilla de "hacer con disimulo"... me imagino al tipo que lo hace silbando distraidamente mirando al cielo.
Un saludo.

Tony Astonish dijo...

Heitor, como bien dices tenía que ser todo un reto... Muy bueno eso del tipo "silbando y mirando al cielo", jejeje...

Saludos.

Iñaki dijo...

Que mal se explicaba el jodío :)

El título de los capítulos me ha recordado inevitablemente a los Luthiers y su
La bella y graciosa moza marchóse a la lavar la ropa...

Plissken dijo...

Lo bueno de esa epoca es que habia muchos ingenuos a los que engañar con los cubiletes. Lo malo es que, si te pasabas de espectacular con los trucos, te mandaban de cabeza a la inquisicion...

Buen articulo, Tony!

Anónimo dijo...

jejejeje, que curioso. Me hace gracia cómo escribía. Si yo tuviera que aprender magia con ese libro tendría que leermelo por lo menos 10 veces!!

Tony Astonish dijo...

Angus, imagino que los Luthier han emulado los títulos de la época... Este libro en su primera edición se llamaba (¡¡agarraos!!): "Engaños a ojos vistas y diversión de trabajos mundanos fundada en lícitos juegos de manos que contiene todas las diferencias de los cubiletes, y otras habilidades muy curiosas demostradas con diferentes láminas, para que los pueda hacer fácilmente cualquier entretenido"... ¡¡Ay queda eso!!...

Plissken, razón tienes porque con la Iglesia no se jugaba y seguro que más de uno empezó leyendo un librito de estos y acabó chamuscadito en la hoguera...

Magú, el libro efectivamente me lo compré más como "anécdota" y curiosidad... No sólo tú sino cualquiera que lo tuviese se lo tendría que releer 10 veces y quedarse igual...

Besos.

Anónimo dijo...

larga vida.... a los libros antiguos!!!

Tony Astonish dijo...

Reparito, no creo que este libro pueda decir que haya tenido una vida corta, jejeje...

Pero estoy contigo... ¡¡larga vida a los libros antiguos!!...

Un abrazo.